Incauta Certidumbre - fragmento

"Era el camino para la playa. Nunca había estado en la playa. Empezé a ver de lejos un brillo distinto, bajábamos la sierra hasta el litoral. La noche fría, el cielo clavado de estrellas, tan estáticas y tan ofuscantes. Dejamos las ventanillas cerradas para calentar más nuestro pequeño espacio. Yo hablaba sin parar, siempre hablé mucho. No me gustaba el silencio que se producía dentro de un sitio, aun más dentro de un coche. Pero contra mi voluntad, el silencio fue tomando su lugar: me pedió que abriera la ventana un rato porque ya no conseguíamos respirar. Escuché algo, distinto, asombroso, ¿qué era? De repente, parara. Volvia más intenso el ruído. estrujé los ojos en un afán desesperado de ver qué estaba allí afuera, lo único que veía era un horizonte negro profundo que fue desvelado cuando miré unas cositas blancas que se movían, que lamían la oscuridad, la oscuridad... una oscuridad que olía fragancias jamás sentidas, el viento helado rascando mi piel, lucían las espumas y nació de mi boca como la Afrodita magnífica : el mar. No quiero que sepa que nunca he visto el mar. Me contuve, me lo guardé, trababa mi respiración, mientras el auto avanzaba, volteaba mi cabeza hacia el oceano atlántico, era él, definitivamente, el ruído fuerte, la infinita oscuridad, las olas blancas... Ya no hablaba más, mis ojos se clavaron en algun punto, ya no veía, solo trataba de guardar en mi memoria esa sensación. Paramos. No sabía dónde. Alrededor, unos matojos, algunas plantas mayores. Empezamos a besarnos y él quiso sacarme la blusa. A principio me puse con vergüenza, pero despues, de tan caliente que estaba yo, dejé que lo hiciera, aun con la sensación que mejor no miraba mi cuerpo, ¿será que le gustaría? Quiso quitarme el sostén, y eso fue fuerte, subió arriba mío y llevó hacia mi pescuezo el brasier, dejando expuesto mi seno derecho en el que empezó a hacer fuerte succión, no sentí placer en eso, nunca me lo habían hecho, me puse un poco asustada. Fue muy rápido, sediento, como un salvaje. Lo empujé, le dije que nos vayamos. Su verga casi saltando del pantalón, insistió, me apretaba la cintura, me miraba sin encontrar mis ojos, paró, suspiró y se disculpó. Siempre intentaba algo así. Y al final, yo lo recordaba y me gustaba."

fragmento - Laura Gonzalez